Aquí les dejo algo que escribió un miembro de la Iglesia, y también amigo de hace muchos años.
Casi nació en una Iglesia. Vivió y vio de todo, pero desde hace un tiempo tuvo que reconocer que solo había conocido una religión, al "dios ministerio" y las intimidades de las Iglesias, pero no al único que vale la pena entregarle nuestra vida entera.
Este es su artículo:
Cuando veo el "evangelio" actual, muchas veces me pregunto: ¿en que se basa la doctrina moderna de pedir y pedir dinero de muchos "ministerios"?.
¿Con que fundamento bíblico se inclinan a lucrar y acumular riquezas?. Tal vez, con el afán de tener mas recursos económicos para extender el evangelio, o tal vez, solo con el AFAN……
¿No era Jesús nuestro ejemplo?
Pero cuando veo lo que Jesús (nuestro ejemplo y de quien tomamos enseñanza) les dijo a sus discípulos en reiteradas oportunidades con respecto a su tarea de extender el evangelio hasta lo ultimo de la tierra, encuentro una gran contradicción con lo que se escucha hoy día.
Por ejemplo, en Mateo 10: 7 al 11:
"Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos: ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; PORQUE EL OBRERO ES DIGNO DE SU ALIMENTO. Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis".
En este pasaje Jesús les enseña a sus discípulos (y a nosotros) de que forma debemos proceder y qué esperar a cambio. Es muy simple y claro:
1- Predicar el evangelio ( arrepentimiento y fe en Jesús )
2- No llevar ninguna provisión y dar de gracia lo que de gracia se ha recibido.
Es mas, al final del versículo 10, leemos que el obrero es digno de su “Alimento”, si se lee en el contexto de esta enseñanza, se puede ver que se refiere al sustento diario y no cita en ningún momento ofrendas/honorarios ni gastos de gestión del evento, para la persona que lleva el mensaje. No, no, es gratis, como lo recibimos nosotros.
Solo aprendamos
Con esto, no estoy intentando atacar ni ensuciar a ninguna persona ni ministerio en particular, ni siquiera juzgar sus actos, creo que la palabra misma ya juzga nuestros actos y las intenciones de nuestro corazón.
Lo que si quiero dejar bien claro, es lo que Jesús nos enseñó, y que por alguna razón, hoy no es el lema de ningún congreso, y se predica en muy, muy pocos lugares.
Una empresa de mensajes con muchos beneficios
De la misma forma, cuando Jesús envío a los 70, (Lucas 10: 1 al 7).
Vemos que les dijo que la mies (trabajo) es mucha y los obreros son pocos, también les dijo que los enviaba como corderos en medio de lobos, que no se proveyeran de nada para el camino y que comieran y bebieran lo que les dieran porque “el obrero es digno de su salario”.
Como vemos, aquí no cita hospedajes de lujo, ni un trato de clase “Business” para quien lleva el mensaje. Somos mensajeros, no somos los dueños y beneficiarios del mensaje.
Es más que claro, la gran comisión que nos fue dada, es predicar el evangelio de Jesucristo, para que el hombre se arrepienta y se reconcilie con Dios, sea perdonado y salvo, gracias al sacrificio de Jesús en la cruz.
Más aun, esta comisión, no reporta ningún beneficio económico para el mensajero, porque lo que de gracia recibimos, de gracia damos, o sea gratis.
Y hay aun más, los discípulos de Jesús, no solo NO acumularon ningún tipo de posesiones ni riquezas, sino que ellos entregaron sus vidas. Fueron muertos por predicar la verdad. No lucraron con el mensaje, por el contrario, entregaron lo único que podían dar, sus vidas.
Enamorados de los panes y peces
Por otra parte, aun mas claro es el pasaje en el que Jesús se aparece a sus discípulos, después de haber resucitado, y les vuelve a hablar de la gran comisión que les dejaba.
Lo vemos en Marcos 16: 14 al 18, donde les dice que los envía a “predicar el evangelio” y que estas señales seguirán a los que creen: sanidades, liberación, y enumera muchas mas, dentro de las cuales, casualmente, no se encuentra la mas utilizada hoy día: la Prosperidad.
Ahora, la gran comisión es predicar su evangelio, y no es hacer señales. Las señales no son el fin. El fin es predicar el evangelio.
Pero en la actualidad veo una variada gama de celebraciones en las que el centro en cuestión es la sanidad, prosperidad, milagros y muchos más. Y tristemente, el evangelio, el arrepentimiento, la confrontación del hombre con su pecado no figura en las agendas de estas celebraciones.
Pero el centro debería ser la predicación del evangelio, las enseñanzas que Jesús nos dejo, el arrepentimiento, la fe en el sacrificio que Jesús hizo por nosotros en la cruz, que tiene el poder de cambiar vidas destruidas y llenas de pecado, en nuevas personas.
Pero ya me lo imagino. Este tipo de evento no emociona a las masas. Por lo cual no vende. Y si no deja ganancia parece que a ningún organizador le interesa.
Realmente es muy triste cambiar el comercio por Jesús.
¡Que lindo fruto agrio que estoy dando!
En muchas ocasiones me han dicho, “hermano, tal o cual ministerio tiene mucho fruto”, y es verdad, hay muchísima gente. Pero si prestamos atención, vemos que lo que se predica no encaja con la palabra, ¿Por qué?
Veamos, en Lucas 6: 43 al 45, ahí nos aclara que el Buen Árbol da Buen Fruto, y que el Mal Árbol da mal Fruto.
Si prestamos atención, los dos árboles dan fruto: uno es bueno y el otro es malo.
Que un ministerio tenga fruto no significa que estén predicando la sana doctrina, ya que hay malos árboles que dan mal fruto. Y si tomamos como fruto a la cantidad de gente, como siempre se cita, tendríamos que ver de que están alimentados, para saber si son buen o mal fruto.
Una vida en pecado y vacía de una persona que acude o sirve habitualmente en una iglesia es un mal fruto (lo digo con conocimiento de causa, ya que yo mismo fui mal fruto durante muchos años sirviendo durante 7 días a la semana en una iglesia muy prolifera).
No se si alguna vez oyeron hablar de la fruta silvestre, se ve igual que la fruta que compramos habitualmente en la frutería, pero es tan agria que llega a ser horrible.
Mi pregunta es ¿Jesús vendrá a buscar un buen fruto o un mal fruto agrio e imposible de comer?. Creo que está de mas si respondo a esta pregunta ¿no?
¿Lucrar o predicar?
Por ultimo vemos en Mateo 7: 15 al 23, donde nos habla de lo mismo: el buen árbol da buen fruto, y el mal árbol de mal fruto, pero agrega algo todavía mas importante, nos dice que el mal árbol es cortado y echado en el fuego. Y en el versículo 22 dice: "Muchos me dirán en aquél día: 'Señor, Señor ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?'. Entonces les declarare: 'nunca os conocí, apartaos de mi, hacedores de maldad' ".
Es mas que claro. La palabra es la que juzga nuestras vidas y nuestro fruto. Estemos atentos y roguemos al Señor que no nos permita caer en la tentación de lucrar y comerciar con su sacrificio y seamos hallados predicando su evangelio gratuitamente, y aun entregando lo único que podemos darle, nuestras vidas (y esto incluye nuestro dinero en beneficio de quienes mas lo necesitan, con tal de alcanzar a aquellas personas que nadie les predica).
ESTA ES LA GRAN COMISIÓN QUE NOS DIÓ JESÚS.
P.D.: Mateo 6:21: "Porque donde este vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón".
Christian Martinez
Casi nació en una Iglesia. Vivió y vio de todo, pero desde hace un tiempo tuvo que reconocer que solo había conocido una religión, al "dios ministerio" y las intimidades de las Iglesias, pero no al único que vale la pena entregarle nuestra vida entera.
Este es su artículo:
Cuando veo el "evangelio" actual, muchas veces me pregunto: ¿en que se basa la doctrina moderna de pedir y pedir dinero de muchos "ministerios"?.
¿Con que fundamento bíblico se inclinan a lucrar y acumular riquezas?. Tal vez, con el afán de tener mas recursos económicos para extender el evangelio, o tal vez, solo con el AFAN……
¿No era Jesús nuestro ejemplo?
Pero cuando veo lo que Jesús (nuestro ejemplo y de quien tomamos enseñanza) les dijo a sus discípulos en reiteradas oportunidades con respecto a su tarea de extender el evangelio hasta lo ultimo de la tierra, encuentro una gran contradicción con lo que se escucha hoy día.
Por ejemplo, en Mateo 10: 7 al 11:
"Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos: ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; PORQUE EL OBRERO ES DIGNO DE SU ALIMENTO. Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis".
En este pasaje Jesús les enseña a sus discípulos (y a nosotros) de que forma debemos proceder y qué esperar a cambio. Es muy simple y claro:
1- Predicar el evangelio ( arrepentimiento y fe en Jesús )
2- No llevar ninguna provisión y dar de gracia lo que de gracia se ha recibido.
Es mas, al final del versículo 10, leemos que el obrero es digno de su “Alimento”, si se lee en el contexto de esta enseñanza, se puede ver que se refiere al sustento diario y no cita en ningún momento ofrendas/honorarios ni gastos de gestión del evento, para la persona que lleva el mensaje. No, no, es gratis, como lo recibimos nosotros.
Solo aprendamos
Con esto, no estoy intentando atacar ni ensuciar a ninguna persona ni ministerio en particular, ni siquiera juzgar sus actos, creo que la palabra misma ya juzga nuestros actos y las intenciones de nuestro corazón.
Lo que si quiero dejar bien claro, es lo que Jesús nos enseñó, y que por alguna razón, hoy no es el lema de ningún congreso, y se predica en muy, muy pocos lugares.
Una empresa de mensajes con muchos beneficios
De la misma forma, cuando Jesús envío a los 70, (Lucas 10: 1 al 7).
Vemos que les dijo que la mies (trabajo) es mucha y los obreros son pocos, también les dijo que los enviaba como corderos en medio de lobos, que no se proveyeran de nada para el camino y que comieran y bebieran lo que les dieran porque “el obrero es digno de su salario”.
Como vemos, aquí no cita hospedajes de lujo, ni un trato de clase “Business” para quien lleva el mensaje. Somos mensajeros, no somos los dueños y beneficiarios del mensaje.
Es más que claro, la gran comisión que nos fue dada, es predicar el evangelio de Jesucristo, para que el hombre se arrepienta y se reconcilie con Dios, sea perdonado y salvo, gracias al sacrificio de Jesús en la cruz.
Más aun, esta comisión, no reporta ningún beneficio económico para el mensajero, porque lo que de gracia recibimos, de gracia damos, o sea gratis.
Y hay aun más, los discípulos de Jesús, no solo NO acumularon ningún tipo de posesiones ni riquezas, sino que ellos entregaron sus vidas. Fueron muertos por predicar la verdad. No lucraron con el mensaje, por el contrario, entregaron lo único que podían dar, sus vidas.
Enamorados de los panes y peces
Por otra parte, aun mas claro es el pasaje en el que Jesús se aparece a sus discípulos, después de haber resucitado, y les vuelve a hablar de la gran comisión que les dejaba.
Lo vemos en Marcos 16: 14 al 18, donde les dice que los envía a “predicar el evangelio” y que estas señales seguirán a los que creen: sanidades, liberación, y enumera muchas mas, dentro de las cuales, casualmente, no se encuentra la mas utilizada hoy día: la Prosperidad.
Ahora, la gran comisión es predicar su evangelio, y no es hacer señales. Las señales no son el fin. El fin es predicar el evangelio.
Pero en la actualidad veo una variada gama de celebraciones en las que el centro en cuestión es la sanidad, prosperidad, milagros y muchos más. Y tristemente, el evangelio, el arrepentimiento, la confrontación del hombre con su pecado no figura en las agendas de estas celebraciones.
Pero el centro debería ser la predicación del evangelio, las enseñanzas que Jesús nos dejo, el arrepentimiento, la fe en el sacrificio que Jesús hizo por nosotros en la cruz, que tiene el poder de cambiar vidas destruidas y llenas de pecado, en nuevas personas.
Pero ya me lo imagino. Este tipo de evento no emociona a las masas. Por lo cual no vende. Y si no deja ganancia parece que a ningún organizador le interesa.
Realmente es muy triste cambiar el comercio por Jesús.
¡Que lindo fruto agrio que estoy dando!
En muchas ocasiones me han dicho, “hermano, tal o cual ministerio tiene mucho fruto”, y es verdad, hay muchísima gente. Pero si prestamos atención, vemos que lo que se predica no encaja con la palabra, ¿Por qué?
Veamos, en Lucas 6: 43 al 45, ahí nos aclara que el Buen Árbol da Buen Fruto, y que el Mal Árbol da mal Fruto.
Si prestamos atención, los dos árboles dan fruto: uno es bueno y el otro es malo.
Que un ministerio tenga fruto no significa que estén predicando la sana doctrina, ya que hay malos árboles que dan mal fruto. Y si tomamos como fruto a la cantidad de gente, como siempre se cita, tendríamos que ver de que están alimentados, para saber si son buen o mal fruto.
Una vida en pecado y vacía de una persona que acude o sirve habitualmente en una iglesia es un mal fruto (lo digo con conocimiento de causa, ya que yo mismo fui mal fruto durante muchos años sirviendo durante 7 días a la semana en una iglesia muy prolifera).
No se si alguna vez oyeron hablar de la fruta silvestre, se ve igual que la fruta que compramos habitualmente en la frutería, pero es tan agria que llega a ser horrible.
Mi pregunta es ¿Jesús vendrá a buscar un buen fruto o un mal fruto agrio e imposible de comer?. Creo que está de mas si respondo a esta pregunta ¿no?
¿Lucrar o predicar?
Por ultimo vemos en Mateo 7: 15 al 23, donde nos habla de lo mismo: el buen árbol da buen fruto, y el mal árbol de mal fruto, pero agrega algo todavía mas importante, nos dice que el mal árbol es cortado y echado en el fuego. Y en el versículo 22 dice: "Muchos me dirán en aquél día: 'Señor, Señor ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?'. Entonces les declarare: 'nunca os conocí, apartaos de mi, hacedores de maldad' ".
Es mas que claro. La palabra es la que juzga nuestras vidas y nuestro fruto. Estemos atentos y roguemos al Señor que no nos permita caer en la tentación de lucrar y comerciar con su sacrificio y seamos hallados predicando su evangelio gratuitamente, y aun entregando lo único que podemos darle, nuestras vidas (y esto incluye nuestro dinero en beneficio de quienes mas lo necesitan, con tal de alcanzar a aquellas personas que nadie les predica).
ESTA ES LA GRAN COMISIÓN QUE NOS DIÓ JESÚS.
P.D.: Mateo 6:21: "Porque donde este vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón".
Christian Martinez
Comentarios
que esten muy bien, bendiciones.
Adio & Au revoir.
Me gusta lo que publican. Es un trabajo dificil, supe que les cerraron la pagina. Así que vuestra profesión tiene riesgos y veo que lo asumen bien...
Así que me declaro un seguidor de ustedes, hay mucho material que nunca había visto me sorprendió lo de El niño predicador de los 40...
También aprovecho la ocasión para invitarles a visitar mi blog y -si pueden- dejar algun comentarios...
http://cristianomoderno.blogspot.com/
Seguimos en contacto,
Alex de la Iglesia